En una sorprendente declaración, el reconocido cantante de reguetón, Arcángel, ha lanzado una crítica contundente hacia su propio género musical. En sus palabras, el artista lamenta la aparente simplicidad musical del reguetón, calificándolo como el género más empobrecido artísticamente en comparación con otras corrientes musicales. Arcángel sostiene que el reguetón se caracteriza por su accesibilidad, alegando que la creación de éxitos en este género no requiere el mismo nivel de conocimientos musicales que otras formas de expresión artística. Según el cantante, la fórmula del reguetón se basa en la simplicidad, permitiendo la composición de hits con tan solo un teclado y unas pocas notas, lo que contrasta con la complejidad musical que exigen otros estilos. En su crítica, Arcángel no escatima en señalar que, en la industria del reguetón, el papel del productor a menudo es eclipsado por el trabajo del intérprete. Alega que, al contratar a un productor talentoso, los cantantes pueden obtener éxitos sin un esfuerzo creativo significativo, generando así una dinámica en la que el mérito recae más en la producción que en la interpretación del artista. Estas palabras, provenientes de alguien tan profundamente conectado con el género, plantean preguntas sobre la dirección y la evolución del reguetón, así como sobre la verdadera medida del talento musical en la industria. La crítica de Arcángel invita a reflexionar sobre la intersección entre la creatividad genuina y las demandas comerciales en el universo del reguetón.