El escondite es uno de los juegos tradicionales para niños por excelencia. La rapidez y la estrategia cuentan, y mucho, pero no importa que seamos muchos, pocos o la edad que tengamos. Uno de ellos contará hasta cierto número con los ojos cerrados, mientras el resto corre a esconderse. Finalizada la cuenta, inicia la búsqueda. Si encuentra a alguno de los jugadores, corre a tocarle con la mano y seguir buscando al resto. El juego concluye -obviamente- cuando todos los jugadores están cansados.