Los Sugus de piña me la traen floja, pero tengo una adicción a los de menta. Si, los verdes oscuros que no le gustan a casi nadie. Toda mi infancia intercambiándolos, cual camello de preescolar. Narcotraficante en potencia parecía.
Pues el sugus era mucho más fácil de encontrar que un billete de 500. No digamos ya que un trabajo hoy día en España, y no hablemos del trabajo deseado...
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