Venga una anécdota: Hace ya unos cuantos años yo trabajaba en un restaurante y con alerta roja y una previsión de lluvias no vistas en 15 años nuestro jefe con dos pelotas dijo que el que no viniera que lo justificara muy bien porque se iba a la calle, callo el diluvio universal y a priori uno pensaría que al restaurante no iba a venir nadie pues el restaurante lleno claro la gente entraba pero no se iba y consumían como si el mundo se fuera a acabar, trabajamos como benditos y el cabron del jefe facturo como nunca, moraleja no hay buena acción que no quede sin castigo.
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