En un controvertido episodio durante la toma de posesión de Javier Milei como presidente de Argentina, Santiago Abascal, líder de VOX en España, realizó declaraciones impactantes en un medio latinoamericano. Abascal expresó con firmeza: "Habrá un momento en el que el pueblo querrá colgar de los pies a Pedro Sánchez". Estas palabras generaron una inmediata reacción por parte del Gobierno, que condenó las declaraciones, considerándolas incitadoras al odio. La situación se agravó cuando el Gobierno instó públicamente a Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular en España, a romper cualquier vínculo con VOX, subrayando la gravedad de las palabras de Abascal. Las autoridades argumentaron que este tipo de comentarios no solo atentan contra la integridad personal del presidente, sino que también fomentan un clima de confrontación y animadversión en la sociedad. La ironía de la situación no pasó desapercibida, ya que se recordó que anteriormente, Santiago Abascal había solicitado una condena de seis años de cárcel para un tuitero que expresó un deseo similar hacia Rocío Monasterio, otra figura prominente de VOX. Esta comparación resalta las contradicciones y tensiones en el ámbito político, donde las demandas de responsabilidad y las consecuencias por expresiones similares varían según la afiliación política de los involucrados.