Los que pedían "apretarse el cinturón" y decían que vivíamos "por encima de nuestras posibilidades" y ahora defienden que "si os subimos el sueldo, no sabréis gastarlo"
Ahora va a ser un pecado jugarse el hígado para salvar a la hosteleria nacional y la industria de destilados. Se mete alguien con el gasto en satisfayers del ministerio de igualdad?
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