Era poco antes de las 17:00 horas de un miércoles tenso y crucial, donde el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se encontraba en medio de un acalorado intercambio con el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. En ese momento crucial, Sánchez reprochaba al líder de la oposición la expulsión de Pablo Casado de la Presidencia del PP, un movimiento que, según el candidato a la reelección, tenía lugar justo después de que Casado intentara indagar en un caso de corrupción vinculado al hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El caso giraba en torno a presuntas comisiones ilegales relacionadas con contratos con la administración madrileña durante la pandemia. En un giro impactante, las cámaras enfocaron la tribuna de autoridades, donde se encontraba la propia Ayuso. En ese momento, las imágenes captaron a la presidenta regional pronunciando una frase que, sin lugar a dudas, parecía un claro insulto dirigido a Sánchez: "Qué hijo de puta", se le escucha decir. Este episodio dejó una marca imborrable en la jornada política, revelando las tensiones y confrontaciones profundas que caracterizaban el ambiente. En respuesta a la controversia, el equipo de Ayuso no titubeó al confirmar y reafirmar el uso del insulto, marcando así un capítulo memorable en la historia reciente de la política española.