En esta declaración, Santiago Abascal, líder de Vox, plantea una postura contundente al afirmar que "la única alternativa es ilegalizar los partidos separatistas". Esta declaración refleja una perspectiva política que aboga por la prohibición de partidos independentistas en un esfuerzo por preservar la unidad de España. Algunos críticos pueden interpretar esta postura como un intento de mantener o aumentar el apoyo electoral de Vox al eliminar la competencia política que promueve la autonomía regional.
Esta declaración también destaca la polarización en el panorama político español, ya que se menciona la crítica al Partido Popular (PP) por etiquetar a Vox como "constitucionalistas", a pesar de su propuesta de ilegalizar a ciertos partidos. Esta observación sugiere tensiones y divisiones dentro del espectro político español en relación con cuestiones constitucionales y territoriales.
En resumen, la declaración de Abascal pone de manifiesto su postura enérgica contra los partidos separatistas y subraya la controversia y el debate en torno a esta cuestión en la política española.