En un movimiento político intrigante, Alberto Núñez Feijóo se encamina hacia la investidura respaldado por 172 votos a favor, pero enfrentando una mayoría de 178 votos en contra. Esta situación apunta a una decisión consciente de participar en la investidura con escasas probabilidades de éxito. Parece que Feijóo se presenta con el propósito de perder, lo cual plantea la interrogante sobre su estrategia política subyacente.Uno de los principales desafíos que afronta Feijóo radica en su percepción del panorama político español. Aparentemente, no ha captado aún el principio fundamental que rige en España: el poder recae en aquel que logra aglutinar mayor apoyo. La insistencia de Feijóo en su candidatura, pese a contar con una desventaja tan marcada en términos de votos, revela una desconexión con esta realidad política. Es notorio que el Partido Popular (PP), al cual Feijóo pertenece, se encuentra en una posición aislada en este momento. La falta de alianzas y apoyos significativos reduce las posibilidades de éxito en cualquier proceso de investidura. Esta soledad política podría influir negativamente en la percepción de la opinión pública y minar aún más las perspectivas de éxito para Feijóo.La propuesta del Rey Felipe VI de presentar a Feijóo como candidato para el debate de investidura añade un matiz interesante a esta dinámica. Aunque se espera que el monarca cumpla con su papel institucional de forma imparcial, la elección de un candidato que aparentemente carece de suficiente respaldo para obtener la investidura plantea preguntas sobre la intención detrás de esta decisión.