Las 5 pinturas más famosas de la historia del arte español

Los españoles podemos presumir de tener una de las producciones pictóricas más impresionantes del mundo. Un sinfín de grandes pintores, acuarelistas, paisajistas, retratistas... han elevado el arte patrio como uno de los referentes a nivel internacional.

La fama de nuestras pinturas se debe, en cierta medida, a la gran variedad de artistas que tenemos en nuestro país. España ha sido escenario de reunión para pintores innovadores, contemporáneos, clásicos y otros totalmente surrealistas que han dejado un legado lleno de piezas difíciles de olvidar.

Aquí os dejamos una lista con cinco de las obras más destacadas de nuestro país y el lugar en el que puedes visitarlas. ¿Las conocías todas? ¡Te leemos!

1. El Guernica, Picasso

Este cuadro pretende reflejar el horror y la barbarie provocados por la guerra. Picasso se inspiró en el bombardeo que sufrió la ciudad vasca en 1937. El malagueño utilizó diferentes figuras alegóricas para escenificar la ruptura de la paz,  la desesperación y el sufrimiento que los conflictos bélicos ocasionan en las víctimas.

El cuadro, el cual tiene grandes dimensiones (3,49 x 7,77 metros) se puede visitar en el Museo Reina Sofía de Madrid y llevó al pintor 35 días de trabajo. 

En él, vemos diferentes elementos, tales como un toro (que indica, según el autor, brutalidad y oscuridad), un caballo herido (que representa a las víctimas de la guerra), una persona con los brazos en alto gritando (persona que pide a Dios que se acabe la guerra), etc.

2. Saturno devorando a su hijo, Francisco de Goya.

Goya tuvo una época oscura y críptica en el que los colores y el drama dominaban sus cuadros. Según algunos críticos, el pintor zaragozano se adelantó a su tiempo y plasmó en sus obras elementos típicos de las vanguardias del siglo XX, tales como el expresionismo.

Si bien a muchos les resulta una pieza ''incómoda de ver'' debido a su crudeza, guarda un gran significado. Goya representa a Saturno, equivalente romano al titán Cronos, devorando a unos de sus hijos. Esto no es más que una representación de la desesperación del paso del tiempo y de las ansias de poder, puesto que , según la leyenda, el protagonista de la obra se comía a los hijos recién nacidos de su mujer por temor a ser destronado por uno de ellos. Se puede visitar en el Museo del Prado, en la capital española.

3. La persistencia de la memoria, Salvador Dalí

La persistencia de la memoria, obra conocida también bajo el nombre Los relojes blandos​ o Los relojes derretidos, es una de las pinturas surrealistas más importantes del mundo. Dalí era un artista excéntrico, histriónico y con una mente llena de ideas alocadas y brillantes, por lo que su trabajo se considera ''único'' e ''irrepetible''.

Dalí lleva a cabo esta obra a través de un puro dibujo académico lleno de fuerza y colores brillantes que contrastan con otros más oscuros, creando así una atmósfera onírica que el autor persigue normalmente. 

Cabe destacar que, para Dalí, los relojes fundidos, elementos que pintó en muchos de sus cuadros, representan la ''omnipresencia del tiempo'' e ''identifican su dominio de la humanidad''.

Esta obra se puede ver en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

4. Las Meninas, Diego Velázquez

Pocos cuadros existen en el mundo tan característicos como Las Meninas de Velázquez. Esta pieza busca representar el ámbiente familiar, hogareño, pero también presuntuoso de las familias reales. 

Es una de las pinturas más importantes de nuestro país. La creación gira en torno a la Infanta Margarita, quien aparece en el centro rodeada de su pequeña corte. Se trata de un retrato grupal que el artista español realizó por encargo del rey Felipe IV de Habsburgo. 

En la composición artística podemos ver a once personajes y un perro. Un elemento destacable es que, entre los representados en el cuadro, se encuentra el mismo Velázquez pintando un lienzo. También llama mucho la atención de esta pintura la presencia de los reyes en el reflejo del espejo del final. La creación naturalista de composición sencilla y la apertura de espacios a la que recurre Velázquez para pintarla ha influido mucho en otros artistas posteriores.

En la actualidad, se puede ver también en el Museo del Prado de Madrid.

5. Las niñas en el mar, Joaquín Sorolla

A Sorolla le encantaba plasmar pequeñas escenas cotidianas de las costas mediterráneas de nuestro país. Este cuadro, sencillo a primer vistazo y con un uso del pincel y del color dignos de un pintor de gran técnica, presenta a dos niñas pequeñas vestidas con vestidos que se almodan a su cuerpo y caen debido al gran movimiento de las chicas.

La pintura es capaz de mostrar cómo las dos niñas, ambas de espaldas, se dan la mano y entran al mar azul. La suavidad de la composición y el gran sentimentalismo que esconde el artista tras su obra colocan a Sorolla como uno de los favoritos de la audiencia.

La obra se encuentra en el Museo Sorolla en el Paseo del General Martínez Campos en Madrid.