Según el psicoanalista Sigmund Freud, la pediofobia o miedo a las muñecas parte del temor que nos causa ver a este tipo de objetos inanimados con apariencia humana. Quienes se sientan identificados con este tipo de trastorno, mejor que no se acerquen a la fábrica abandonada de muñecas de Segorbe, Castellón. En el lugar hay cientos de muñecas de porcelana sin ojos, brazos, pelucas o piernas por todas partes, formando el cóctel perfecto para salir corriendo. Además, cuenta la leyenda que antes de convertirse en fábrica, el lugar era un convento donde se fusilaron a las monjas y monjes que allí residían, tirándolos al pozo de la propiedad. Para colmo, los más aventureros mejor que vayan allí con precaución, pues el techo se desplomó hace ya unos años y algunas vigas están a punto de hacerlo.